Tú eres más fuerte cuando perteneces a una comunidad.
Tu familia, tus amigos y tu iglesia te hacen más fuerte.
En la lucha por su libertad, los hebreos cruzaron juntos el Mar Rojo. En la lucha por tu libertad, Dios siempre va a proveerte de una comunidad que cruce el mar junto a ti.
Para cruzar el desierto y conquistar la Tierra Prometida, tú necesitas una comunidad de personas que te acompañen en tu día a día y a quienes puedas abrirle tu corazón.
No estás solo. Siempre hay personas dispuestas a amarte, a escucharte y a caminar contigo. Siempre hay personas dispuestas a entenderte y a cuidar tu corazón. Quizá tú debas dar el primer paso para formar o ser parte de una comunidad.
"Sobre esta roca edificaré mi iglesia y el poder de la muerte no la conquistará" -Mateo 16:18.
El poder de una comunidad que comparte su fe en Jesús es sobrenatural. Cuando tú perteneces a una comunidad, el poder de la muerte y de la oscuridad nunca podrá conquistarte.
El poder de una comunidad redimida por la sangre de Jesús supera el poder de Satanás.
“Uno solo puede ser vencido, pero dos pueden resistir” -Eclesiastés 4:12.
Hay un poder de liberación y de transformación al que sólo puedes acceder cuando eres parte de una comunidad, cuando compartes tu vida y tu corazón con personas que también siguen a Jesús.
El poder de una comunidad es tan extraordinario que abre las puertas del cielo para que Dios intervenga directamente en cualquier cosa que pidamos:
“Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo la hará” -Mateo 18:19.
Sí, CUALQUIER COSA.
Para experimentar esta clase de poder en comunidad:
