"¡Nunca antes se ha visto algo semejante!".
Hay una imagen poderosa en la Biblia que ilustra la belleza de la iglesia cristiana en los “últimos días”.
El profeta Joel escribió una visión que Dios le dio acerca del fin del mundo. En esta visión, aparece “de repente, como el amanecer se extiende sobre las montañas, un ejército grande y poderoso” (Joel 2:2).
“Nunca antes se había visto algo semejante, ni volverá a verse jamás”, escribió Joel.
No necesitamos ser teólogos para saber que Jesús está cada vez más cerca de regresar. El caos y la violencia de los últimos meses son una prueba de que Jesús estaba diciendo la verdad: las cosas se pondrán difíciles (Mateo 24; Lucas 21).
Pero en la promesa del regreso de Jesús, no todo es terror y confusión...
Aunque ahora sólo vemos muerte y odio, Dios está levantando un ejército que anuncie el amanecer en medio de la oscuridad.
Este ejército está formado por millones de personas entregadas a Dios que están saliendo de la oscuridad y se están levantando para reflejar la belleza de Jesús a un mundo enfermo.
Tú y yo somos parte de ese ejército. Hemos sido forjados en la oscuridad, pero el dolor nos ha hecho fuertes. Hemos atravesado el fuego, pero Jesús se reveló a nosotros en las llamas.
Nos ha costado nuestra vida, pero amamos a Jesús con libertad y con coraje. Somos “invisibles ahora, pero invencibles mañana”, como escribió el líder cristiano Lou Engle.
Y nuestro poder más grande es amar a Jesús y ser amados por Él.
No hemos sido levantados para juzgar a las personas, sino para liberarlas de las mismas cárceles de las que tú y yo fuimos liberados. No luchamos contra las personas, sino contra todo lo que las esclaviza y las destruye.
La iglesia de los últimos tiempos será la más poderosa y fiel de la historia. ¡Nunca nadie habrá visto nada igual! La iglesia de Jesús brillará en medio de la oscuridad.
¡Levántate! Que Dios nos está llamando a anunciar el amanecer:
“Dios mismo ruge en truenos
Mientras ordena a su tropa.
¡Mira el tamaño de ese ejército!
¡Y la fuerza de quienes le obedecen!” (Joel 2:11).